Ayer, la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) arrebató la victoria a la extrema derecha en las elecciones legislativas de Francia, dando inicio a un periodo de incertidumbre sobre quién formará gobierno al no alcanzar ningún bloque la mayoría absoluta.
El NFP consiguió 190 escaños de los 577 en la Asamblea Nacional (cámara baja), seguido por la alianza de centroderecha del presidente Emmanuel Macron con 160 escaños, y la Agrupación Nacional (RN) ultraderechista y sus aliados con más de 140 escaños, según los resultados casi definitivos. La mayoría absoluta se establece en 289 escaños.
Estos resultados representan un revés para Marine Le Pen, líder ultraderechista, quien, aunque incrementó su número de diputados, no logró alcanzar la mayoría, ni siquiera absoluta, como algunas proyecciones indicaban hace poco.
Tras conocerse las primeras proyecciones, se llevaron a cabo celebraciones masivas en la emblemática Plaza de la República y otras ciudades, con consignas contra el fascismo y fuegos artificiales. Sin embargo, también se reportaron incidentes, incluyendo enfrentamientos con la policía y detenciones en varias ciudades como Rennes (con 25 personas detenidas) y Marsella, Lyon y París (número no especificado). En Nantes, un policía resultó herido por una bomba molotov.