El óxido nitroso (N2O) es un gas con propiedades anestésicas, analgésicas y disociativas, incoloro, casi inodoro y con un ligero sabor dulce. Es comburente y más pesado que el aire. Es una sustancia de alta disponibilidad y bajo precio.
Existe una percepción social de seguridad en su consumo. El óxido nitroso, conocido como “el gas de la risa”, se ha convertido en una droga de moda en Europa, barata y popular entre los jóvenes; pero su consumo puede conllevar graves secuelas.
El óxido nitroso es un gas que ha estado muy presente desde su descubrimiento en el siglo XVIII. Su consumo se remonta a más de 200 años. En los últimos años constituye un motivo de preocupación por su alta disponiblidad.
En los últimos años se reaviva el interés por su uso en las fiestas, las raves y clubes musicales. El gas de la risa se incluye entre las denominadas “club drugs” sustancias químicas que se consumen con ánimo recreativo.
USOS : Esta sustancia es a la vez droga de abuso y fármaco con indicaciones concretas en terapéutica. Así, los gases anestésicos de uso médico incluyen el éter, el cloroformo, el halotano y el óxido nitroso.
El óxido nitroso es un gas incoloro que se usa comúnmente para sedación y alivio del dolor. Este gas, por sus propiedades como anestésico, ha sido utilizado ampliamente en odontología, como coadyuvante para la sedación y el mantenimiento de la anestesia.
Otros usos: Aditivo alimentario industrial. Se utiliza como propulsor en latas y dispensadores de crema batida, otros productos caseros y comerciales que contienen gases son los encendedores de butano, los tanques de gas propano y los refrigerantes.
El óxido nitroso lleva asociados riesgos, como el riesgo de asfixia, debido a su naturaleza de gas licuado comprimido. Al funcionar como anestésico disociativo, también puede provocar alucinaciones, vocalización incontrolada, alteraciones de la percepción, desorientación espacial y temporal o reducir la sensibilidad al dolor.
EFECTOS ADVERSOS TÓXICOS GRAVES: Puede llevar a graves problemas de salud, especialmente por el hecho de conllevar falta de oxígeno al cerebro, lo que puede implicar desde desmayos hasta paradas respiratorias. El consumo continuado puede dañar la médula espinal y llegar a provocar la muerte.
Existen algunos problemas, vinculados a la forma de consumo y a la frecuencia e intensidad con la que se realiza: Quemaduras en la boca y la parte superior del tracto respiratorio debido a la inhalación del gas directamente de los cartuchos, ya que sale de los mismos a una temperatura muy baja.